Por definición, una renta vitalicia es la venta de un bien en la que un acreedor (el vendedor) vende la nuda propiedad o la plena propiedad del bien a un deudor (el comprador), a cambio del pago de un precio que se convierte, total o parcialmente, en una renta vitalicia, que sólo vencerá a la muerte del acreedor, o al cabo de un plazo determinado. En la práctica, sin embargo, las rentas vitalicias son una solución ventajosa para todos. Para el vendedor, una renta vitalicia le proporciona unos ingresos adicionales, garantizados, indexados y libres de impuestos, de los que puede disfrutar y vivir sin preocupaciones. Para el comprador, el contrato le permite invertir en inmuebles a un precio reducido, lo que lo convierte en una inversión muy atractiva a medio y largo plazo.